miércoles, 10 de agosto de 2016

UN GRAN DÍA DE UN MAL RECUERDO

A partir de ahora, hablar de Biescas es decir solidaridad y humanidad

Este domingo Biescas ha vivido una jornada de emotivos recuerdos en la conmemoración del 20 aniversario de la tragedia ocurrida el 7 de agosto de 1996 en el camping Las Nieves. El escenario ha sido en primer lugar en el frontón cubierto de la localidad. 170 familiares de las 87 víctimas, supervivientes y voluntarios, junto a vecinos y autoridades han acudido a esta localidad para rendir homenaje a todos aquellos que perdieron la vida en la riada. Todos ellos llegaban con el objetivo de restañar heridas, compartir opiniones, experiencias y cerrar también una etapa, teniendo siempre presente a cada uno de los fallecidos.

Ha sido una tarde de emociones, de muchas emociones y también de la solidaridad que nació en el corazón del pueblo de Biescas, tal y como apuntaba una familiar de una de las víctimas.

El alcalde de Biescas, Luis Estaún comentaba que eran sentimientos difíciles de revivir. "Para nosotros, lo más fácil podría haber sido tratar de olvidar pero la conmemoración es necesaria y de justicia. Hay que vencer a la inercia del paso del tiempo, poniendo por delante el reconocimiento ya permanente" Así mismo, hacía un reconocimiento a la solidaridad, agradeciendo el trabajo de los voluntarios, quienes ofrecieron lo mejor de sí mismos en una situación de angustia.

También se encontraban en el acto los alcaldes de las localidades vecinas, Sabiñánigo y Jaca. Jesús Lasierra destacaba que los vecinos del Alto Gállego nunca olvidarían ese día. "El recuerdo mental, en el corazón nunca ha dejado de existir ni nunca dejará de existir". Así mismo, Juan Manuel Ramón comentaba la necesidad de este acto para reconocer la labor de aquellas personas que lo dieron todo por ayudar.

Juan Antonio Cobo, médico forense que llevó a cabo el protocolo del dispositivo social el día del suceso, precisaba la organización de los más de 2.000 voluntarios y los 400-800 familiares que llegaron con sus problemas . Su principal objetivo fue conseguir que “las familias y allegados no tuvieran otra preocupación que su propio sufrimiento”. Cobo manifestaba que era imprescindible dejarse llevar por el recuerdo de la historia de cada víctima."Una catástrofe son muchas catástrofes, una por cada una de las víctimas. "Biescas está llena de acciones heroicas, de tristeza y orgullo por haber sabido responder." concluía.

Después de una Misa que se ha celebrado en memoria de las víctimas, presidida por el Obispo de la Diócesis y que ha contado con la participación junto a otros sacerdotes de un pastor de la Comunidad Anglicana, por las víctimas de otras nacionalidades, los asistentes se han desplazado al camping para el acto central de recuerdo y conmemoración.

En este acto, en el lugar del suceso, se ha contado con unas palabras de Oriol Espinosa, superviviente de la tragedia e hijo de una de las víctimas además de promotor de la iniciativa. Este expresaba los nervios, las emociones pero también la ilusión y el reencuentro positivo para todos para contrastar experiencias, opiniones y cerrar una etapa. Ha sido una jornada primero para las familias de las víctimas y un recuentro y despedida que no se hizo con los voluntarios que trabajaron intensamente. Oriol, puntualiza, que “la riada del agua se deja atrás, la verdadera fue la riada humana de la solidaridad”. Lo hacía como si su desaparecida madre, Carmen Llorens, hubiera escrito una carta dedicada a voluntarios y familiares.

Ha cerrado el acto, que abría el alcalde de Biescas, la consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno de Aragón, María Victoria Broto. Indicaba que "esta jornada es un homenaje, un recuerdo a aquellas personas que perdieron la vida en aquel triste y doloroso día, las cuales han estado en nuestro pensamiento durante estos 20 años"

Alberto Maza fue uno de los voluntarios en ese día y recordaba aquel día como algo caótico, había muchas muertes y los familiares llegaban desesperados. Así mismo nos comentaba que hay recuerdos que nunca se olvidan y que siempre estarán presentes en su cabeza, como un año después del suceso apareciera el cadáver del último desaparecido un niño.

Teresa Pueyo ha sido la encargada de realizar la escultura que conmemora a las víctimas y afirmaba que para ella había sido todo un reto, y que la figura quería representar el movimiento, la energía, que existe a pesar de todo lo ocurrido.

La escultura está formada por tres piezas, destacando el espacio vacío que hay entre ellas, el cual representa ese sentimiento de pérdida. Las otras dos piezas son el sentimiento de colaboración y la voz de aquellos que sobrevivieron a la tragedia. Las manos entrelazadas representan la fuerza y el esfuerzo. En toda la pieza aparecen talladas 87 rosas en recuerdo de cada una de las víctimas.

En el acto también se ha contado con el vicepresidente primero de la Comunidad Foral de Navarra, Manuel Ayerdi, el delegado del Gobierno Catalán en Lérida, Ramón Farré y la consejera de Seguridad del País Vasco, Estefanía Beltrán de Heredia. La Caja de Música fue la encargada de acompañar el acto con piezas de Bach y Rameau.
Al final se se soltaban globos por una representación de vecinos, Cruz Roja, y Protección Civil

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